Para obtener el perdón divino, es necesario aceptar a Cristo como Señor y Salvador de su vida. Estar dispuesto a renunciar el pecado en su vida (Hechos 3:19). Cuando usted acepta a Jesús en su corazón, Él promete perdonarle todos sus pecados (Juan 5:24). Eso no quiere decir que usted ya no pecará, recuerde que mientras estemos sobre ésta tierra somos pecadores (Eclesiastés 7:20). Pero la diferencia de un verdadero creyente e uno que profesa ser, es que el verdadero creyente ya no practica el pecado en su vida, es decir, ya no se deleita en el pecado (1 Juan 3:9-10). Para estar seguros de la salvación es necesario escuchar lo que Dios dice en su palabra y creer lo que Él dice (Juan 1:12; Juan 3:18,36).
Todo eso quiere decir que no existe una religión ni iglesia que
nos puede salvar o quitarnos nuestros pecados. El que salva es el
Salvador que derramó su sangre por nuestros pecados sucios que nos
manchan nuestro alma (1 Pedro 1:18-22). Solamente en Él se
pueden lavar los pecados porque Él es el único que murió
por nosotros (Romanos 5:8). La Biblia dice que Jesucristo es el único
"mediador entre Dios y los hombres" (1 Timoteo 2:5).
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CRISTIANO
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