El matrimonio fue iniciado por Dios y es una institución divina.
Aunque sin pecado y en un estado de inocencia, Adán tenía
necesidad del compañerismo de una mujer. "Y dijo Jehová
Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él" (Génesis 2:18). Entonces Dios
le proveyó a su mujer Eva. "Entonces Jehová Dios hizo
caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía,
tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una
mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora
hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada
Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto,
dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y serán una sola carne" (Génesis 2:21-24).
Desde aquel momento cuando
Dios inició el matrimonio y el hogar, Satanás ha sido el
enemigo de el. El fundamento de cada nación, cada sociedad,
cada comunidad, y cada iglesia es el hogar y la relación matrimonial.
Por eso, hoy día hay muchos pecados que se relacionan con el hogar--parejas
juntándose ilegalmente, el divorcio, la borrachera, la mujer dejando
a sus niños para buscar su propia carrera, la ausencia de entrenamiento
y disciplina con los niños, etc. ¡Satanás quiere
destruir la institución divina--el hogar!
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