En Juan 18:37, vemos a nuestro Señor Jesucristo acusado delante de Pilato contestándole con estas palabras: "Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo para dar testimonio a la verdad…"  Una vez más Cristo declara el propósito eterno de Dios para su venida al mundo, para morir por los pecadores (Romanos 5:8; 1 Juan 4:9-10; Apocalipsis 13:8; Tito 1:2; 1 Pedro 1:18-20) y para descubrir el pecado humano por medio de su vida perfecta y por medio de sus duras predicaciones (Juan 3:17-21; Juan 15:22).  El hombre no se puede reconciliar (salvarse) con Dios hasta que se dé cuenta de su condición perdida y condenada.

En seguida en el mismo versículo 37, Jesús dice: "Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz".  Jesús enseñaba y predicaba a mucha gente pero muchas no alcanzaron a entender lo que el predicaba.  ¿Por qué?  Por que no eran de Dios.  Nunca se habían convertido.  Nunca se habían arrepentido.  Nunca llegaron a ser ovejas de Dios.  Cristo dijo en Juan 10 con respecto a sus borregos:

· "…las ovejas oyen su voz" (3)
· "…las ovejas le siguen, porque conocen su voz" (4)
· "Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños" (5)
· "…aquellas también debo traer, y oirán mi voz" (16)
· Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen" (27)

Cristo enseñaba que las ovejas suyas conocerían su voz (su Palabra), oirían su voz, no escucharían la voz de los extraños, y el resultado de oír la voz de Dios sería seguirle en pos de Él.  Cualquier persona que no quiere escuchar la Palabra de Dios y conformarse a lo que dice, manifiesta, no importa quien sea EN una iglesia o FUERA de una iglesia, que NO son de Dios y no son ovejas de Él.

La plena enseñanza de la Palabra de Dios es que los hijos verdaderos de Dios escucharán su voz y se someterán a ella.  ¿Por qué hay unos al estar presente en los cultos a escuchar la Palabra de Dios no pueden recibirla y aceptarla en su vida?  Cristo nos da la razón en Juan 8:43-47: "¿Por qué no entendéis mi lenguaje?  Porque no podéis escuchar mi palabra.  Vosotros sois de vuestro padre el diablo…Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?  El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros porque no sois de Dios".
 

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