Aunque su caso sea difícil, no es imposible; porque recuerde que para Dios no hay nada que le sea imposible de solucionar (Marcos 10:27).  Todas las cosas son posibles para Dios y en base a esta promesa quiero decirle que usted tiene esperanzas de seguir a Dios como se merece y como se debe, aún desligarse con ese hombre que nunca llegará a ser su verdadero marido.  Pues, si es casado para Dios no hay divorcio (Mateo 19:1-9).  Lo mejor que usted puede hacer es orar sinceramente a Dios, que le dé la oportunidad de servirle a Él, y que le ayude a arreglar su problema si usted es hija de Él, es decir, si usted ya se ha arrepentido y ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador; entonces usted tiene la promesa de Él (Jeremías 33:3).  Y si no es salva todavía, aún tiene la esperanza de serlo hoy (Juan 6:37).  Cristo acepta todo pecador que viene a Él arrepentido (Isaías 1:18).

También, es bueno que usted busque la paz con él por medio de pláticas, si usted es de Dios, gánelo por su buena conducta y dígale que usted lo ama mucho, pero que usted va a obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 4:19), y si no quiere entender, entonces decida usted lo que va a ser, si no tiene hijos todavía, puede apartarse de él y buscar un lugar para estar en paz con Dios.  Busque a Dios íntimamente antes de tomar una decisión así, pero tenga fe que si usted clama a Dios con todo el corazón, Dios le va a ayudar en sus problemas (Isaías 41:10).  Asegúrese de que usted ya haya recibido a Cristo como su Señor y Salvador y si todavía no lo ha hecho, hágalo y tenga un encuentro personal con Él, y luego enfrente (resuelva sus problemas) en su casa con la ayuda que Dios le dará.
 

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