Juan 12:25 es unos de los versículos que nos enseña sobre lo que es el verdadero arrepentimiento. Cristo aquí dice: "El que ama su vida, la perderá, y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará". En otras palabras el que sigue la corriente de este mundo en obediencia a sus propias concupiscencias y su propia voluntad no se puede salvar o no puede ser discípulo del Señor. Se tiene que despreciar a sí mismo, negarse, y estimar a Cristo encima de todas las cosas (Vea Lucas 14:26-27,33). El convertirse al Señor Jesús es literalmente experimentar la muerte dejando de vivir para nosotros mismos (Gálatas 2:20, 5:24, 6:14), y vivir para Él, que murió y resucitó por nosotros (2 Corintios 5:15; Romanos 14:7-9). Por eso, vemos en la Palabra de Dios, y particularmente el Nuevo Testamento, que cuando la gente se convirtió al Señor Jesucristo, ya nunca continuó en sus pecados anteriores sino los venció y vivía agradándole al Señor (Romanos 6:22; Juan 5:14, 8:11; Hechos 2:41-47; 1 Juan 5:4-5).
Para darle un poco más conocimiento, creo que el tratado que
acompaña a la presente discute el tema en una forma detenida y clara.
Por favor lea el tratado y cada texto bíblico cuidadosamente y comuníquenos
cualquier duda que aún no se haya aclarado.
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